COMO APRENDÍ A OCUPARME DE MIS PROPIOS ASUNTOS.
Paseaba un día junto a un Hospital Psiquiátrico. Todos los locos estaban gritando: "trece,... trece,... trece,...". La valla era muy alta para ver al otro lado, pero encontré un pequeño agujero en una tabla y miré por él para enterarme de lo que pasaba... Algún cabrón me golpeó en el ojo con un palo. Entonces, todos ellos empezaron a gritar: "catorce,... catorce,... catorce,..."
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